Erase una vez una joven frágil a la vista pero letal a tus espaldas, desaliñada y dudosamente inocente, insensible pero sobre todo calculadora. Dedicaré algunas lineas sobre aquella chica. La Reina le dicen, pero es la Reina de los Condenados como yo la llamo.
Muchos hipócritas caminan por ahí ofreciéndote las mas sinceras de sus sonrisas, dándote los mas honestos y acertados consejos. Muchos sarcásticos caminan por ahí burlándose en tu cara con supuestas bromas que a la largan lastiman, ofenden y hieren, pero no son mas que "sarcásticas palabras". Muchos calumniadores caminan por ahí buscando la forma de que tu confíes ciegamente en sus mentira, cuando bien es cierto que la mentira engaña solamente al que la dice.
Conoces, compartes y quieres a una de estas personas. La verdad es que caras vemos y corazones no sabemos, pero en el momento que ves y escuchas lo que tu corazón quiere negar rotundamente, quieres que no importen los sentimientos.
La vanidad no es buena, mucho menos el egocentrismo. Aquellas personas que se alaban a si mismas son las mas miserables y pobres de atención, creen que irradian luz pero en realidad es solo oscuridad, creen que todos los aman pero la razón es que no les queda de otra, tratas de ayudarles pero en definitiva están en contra tuya, tratas de comprenderlos pero no te permiten entrar.
No se que es peor, engañarte a ti mismo o engañar aquellos que te aman.
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