Con cada parte de mi ser traté repetidamente no estropear lo que sea que al final terminé extinguiendo, lo que sea que me hizo sentir diferente, lo que sea que amé, me aferre y destruí. No tengo idea de cómo llamar aquél sentimiento o si hubo uno en absoluto, pero lo que si se, es que lastimé aquellos ojos que me acunaron con una tierna mirada. Lo que sea que hubo terminó, o más bien, lo terminé por tu bien y el mío.
Fue necesario más que semanas para poder acostumbrarme a ti, para hablarte, dejarte acercarte, permitirte quererme. Fueron más que semanas para entender lo hermoso de lo complicado, lo fascinante de lo desconocido, extrañarte cuando ni siquiera quería tenerte cerca, incapaz de entender que me hacías, que me has hecho.
Destellos de lo que pudo haber sido nublan mi mente, ahora que no puedo quiero acercarme lentamente y conocer más de ti, de un nosotros que pudo haber existido, pero nuestra realidad es la inminente separación; Demasiado dulce, sutil, grato y efímero, pequeños instantes, pequeñas conversaciones que sin lugar a duda retornan con fuerza a mí, invadiendo mi cuerpo, mis sentidos, pero no mi juicio. Hicieron falta mucho más que semanas para que pudieses llegar a invadirme, pero no por completo, no lo suficiente, porque simple y sencillamente todo fue muy dulce, sutil y por consiguiente efímero.
No soy de las que enamoras con rosas o dulces palabras, es mucho más complicado que eso, es decir las palabras exactas en el momento preciso. Pasión es lo que me mueve, la confianza, el coraje, sacrificio, necesito momentos inciertos, situaciones inesperadas, dominio, alguien imponente, formidable, momentos extraordinarios, memorables.
Pasaste demasiado tiempo tratando de impresionarme pero solo me tomo minutos para destrozar esa mirada que me acunaba dulcemente, fue en tan solo minutos que pude desaparecer cualquier rastro de afecto, fue solo en minutos que pude sentir tu fría e inquietante mirada, tu rechazo, tu indiferencia, solo necesité minutos para destruirnos, o más bien destruirte, porque veras... Soy muy buena en eso o al menos eso dicen. No fueron más que minutos para destrozar cualquier esperanza que tuvieses en mi.
Aléjate de mi sin dudar, perdóname por no cumplir con tus expectativas, tus deseos, pero quiero que entiendas que no fue porque no quise sino porque desgraciadamente no pude. Fue más fácil para mí terminar todo en minutos, que verte desperdiciar tus días tratando de cambiar mis imperfecciones que aun ni conocías, que nunca te mostré, no pude soportar como te convertías en un títere de las circunstancias.
Comentarios
Publicar un comentario