El alba, el rocío de la mañana, el césped recién cortado, árboles por doquier, una vista panorámica. El cielo, las nubes y sus infinitas formas, la suave y cálida brisa, y ese inconfundible olor a café. Tranquilidad, sin estorbos, solo paz y una deseada soledad, sin melancolías ni añoranzas. Aquí el entorno natural es mi espacio, sin nada ni nadie que me perturbe, que me fastidie. Sin pretender olvidar , regresar atrás y vivir, vivir plenamente, sin arrepentimiento ni culpa y permanecer ahí... Tumbada en el césped, recordando buenos momentos con una exquisita taza de café.... y Disfrutar del Silencio.
- Ser uno mismo, sin miedo a estar en lo correcto o en lo erróneo, es más admirable que optar por lo fácil, La cobardía de rendirse a la conformidad.