Crónica de una Catarsis

Te amé como nunca nadie te amará, más que a mi propia vida, más que a Dios y eso fue un gran pecado, sin importar lo que pensaras, Dijeras o hicieras, Me amabas, estaba segura de ello, Como me acariciabas... me besabas... me complacías, esa fue nuestra mejor noche. Era imposible, que no me quisieras, al menos eso quería creer, tenia que ser así.  Te amé no hay más nada que decir. Intensamente, de forma penetrante y absurda, A tal punto de olvidar que existo. Sin importarme cada uno de tus errores, tus humillaciones, y maltratos. Ser tu mujer, estar ahí para ti, era todo lo que me importaba, Muchos decían que era un amor excéntrico y caprichoso, Se equivocan, era real, verdadero.  Tengo mucho frió aquí, estoy desesperada, atormentada y sin ti... No, no fue tu culpa amor, fue mía... por amarte tanto, por desperdiciar mis sueños,  Porque por amarte olvide que algún día existí, Ahora seré menos que un recuerdo. Aun te escucho gritar... Aun siento los golpes... uno tra

Sola, atrapada entre cuatro paredes, sin opción de salida, Sin esperanza, tratando de recordar que salió mal, Cuál fue mi error? Meses sin ver la luz, con hambre, frío, miedo. Pensé que lo tenía todo, que estaba completa que nada me faltaba, error #1, no tengo absolutamente nada.  Sin una lagrima en mis ojos, no tengo fuerzas ni para llorar, la desperdicié rasgando las paredes que según yo debía trepar para ser libre... otro error. Traté de pedir ayuda, grité fuerte, pero nadie me escuchaba, ni siquiera las personas que se suponían que estarían ahí, para mi. Pero algo pasó , cuando estaba a punto de caer en la desesperación. Alguien que siempre me buscaba, que me protegía sin saberlo, me amaba sobre todas las cosas, pero yo fui muy ignorante para darme cuenta... Seguía cometiendo errores. Al final cerré mis ojos y lo busqué, él gustoso me respondió: Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no mue

Como Recuerdo... Ese atardecer con nitidez, Esa tarde intensa, penetrante, pero cálida. Esas dulces palabras: - “No te Soltaré” dijo y yo asentí, Sin asombro, ni conmovida, es mas, estaba despistada. Esas idas y vueltas, miradas curiosas, murmuraciones sin Disimulo,  mis niñadas, desasosiego. Supuestamente calmada, evasiva, apática, pero el desenfreno, la codicia, el frenesí, estaban al máximo, En su límite. - “No puedes manipularme”, le dije con rudeza, firme. - “Quiero lo mejor para mi, nada de segunda mano como…”   Y me calló, me silenció,  perdí la noción del tiempo por un buen rato,  al igual que mi orgullo y mi rabia. Reaccioné…El me miraba inmóvil, con persistencia y Ternura, me acarició. - “No te Soltaré” Repitió, No te dejaré ir.