Algo más que las vicisitudes nos separan, algo más que el orgullo y falta de tolerancia, es la distancia, un trayecto, distintos caminos.
Ha sido una mala jugada del destino tener que permanecer tan cerca de ti y no poder tocarte, hablarte ni abrazarte. Estoy cansada de esperar que el mundo juegue a nuestro favor, es un castigo que no creo merecer, ver como nuestras vidas siguen su curso, sentir como nos separamos cada vez mas sin siquiera haber estado juntos.
Quisiera poder creer en la distancia como una causa que no interviene en nuestras vidas, que no define nuestro destino, porque tengo ese ingenuo presentimiento de que volverás a mí y no te marcharas, no me dejaras. Permanecerás amándome como nos prometimos y espero no equivocarme, porque si bien es cierto no quiero estar rodeada de promesas vacías, afirmaciones hechas susurro y un sin fin de engaños. Quisiera no especular y confiar en que el fin justifica los medios, que no importaran las decisiones que tomamos.
Estoy dispuesta a disminuir ese trecho, recorrer ese trayecto y entrelazar nuestros caminos; pero hay algo conmovedor en la distancia: Nostalgia, esperanza y una anhelada llegada, mas sin embargo, hay algo aterrador que viene con ella, decepción.
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